Sarmiento, un homenaje y una carta. 1977

Me apresuro a contestar tu carta, que llegó hace dos días, sobre todo en lo que se refiere a tu encargo para Sur.

El caso es que si se trata de urgencias, no puedo materialmente. Y lo grave del caso es que lo lamento. Todo este año he estado pensando dónde y cómo dar una conferencia sobre Sarmiento historiador, estableciendo su calidad de cabeza de una línea historiográfica distinta de la de Mitre, pero paralela; estableciendo su filiación hacia atrás, quizá pensando —esto en secreto— en su posteridad, a la que me honro en pertenecer. Todo esto proviene de que ese libro mío que están leyendo [Latinoamérica, las ciudades y las ideas]es hijo del Facundo; y no sólo de la temática campociudad sino también de la concepción de la historia como ‘historia profunda’, en todos los sentidos y hasta con una reminiscencia de lo que se llama psicología profunda. Esta larga exposición es para decirte que no me falta tema y que me sobran ganas de hacer este planteo. (Carbia prácticamente ignora a Sarmiento como historiador en su Historia de la historiografía argentina.) Lo que no tengo es tiempo material para ordenar el tema y escribir siquiera diez páginas. A breve plazo, pues, te tengo que decir que no, y puedes creerme que lo lamento, porque también me gustaría participar en ese número de Sur. Ya me he negado una vez a otro requerimiento —porque se trataba de un tema que me era ajeno—, y lamento hacerlo ahora cuando el tema me apasiona.